Pero ha llegado el momento de ver cómo va esta joya, apretamos los aceleradores y la velocidad aumenta rápidamente: 30, 40, 45 nudos, un par de ajustes finos y alcanzamos los 47,7. No está nada mal para un barco de 17 metros que, en orden de marcha, pesará al menos 25/26 toneladas. Lo que sorprende es la estabilidad de este yate, hay una ola larga residual y, sin embargo, a pesar de la considerable velocidad, navegamos con un increíble nivel de confort. La proa entra y sale de las olas con absoluta suavidad, nunca se balancea.
Siempre viajando a máxima velocidad, intentamos una serie de giros amplios, el Filippetti S 55 Daemon se inclina ligeramente y dibuja un semicírculo perfecto, permaneciendo siempre en perfecto trimado. Entonces reducimos un poco la velocidad, en torno a los 30/35 nudos, y empezamos a meternos de lleno en él, giramos a tope el acelerador y… y el Daemon se transforma y pasa de ser un gran turismo de lujo a un coupé deportivo. El barco se inclina y la fuerza centrífuga aumenta drásticamente mientras la velocidad se mantiene constante, un milagro que sólo este tipo de propulsión puede hacer posible. Giramos y contragiramos, en un vano intento de poner en dificultades a este barco que, por otra parte, se muestra perfectamente a gusto en estas condiciones.
Salimos del paso entre Tavolara y Molara y la ola larga vuelve a crecer, la proa del Daemon atraviesa las marejadas a gran velocidad y en más de una ocasión el casco sale al menos dos tercios del agua, pero suavemente, siempre consigue atracar sin romper la superficie. Este es un gran casco, de esos que cuando los pruebas entiendes cómo navegar de verdad.
Resumen de la prueba
El Filippetti S 55 Daemon es un yate dedicado a paladares sofisticados, capaces de apreciar una embarcación capaz de ofrecer prestaciones y navegabilidad muy por encima de la media. Es un yate exclusivo, diseñado para propietarios que desean poder hacer frente con serenidad (y gran comodidad) a condiciones meteorológicas imprevistas, sin molestar a sus invitados o familiares. Capaz de realizar largas travesías a medias de crucero muy elevadas, el Daemon acorta sustancialmente las distancias con una actitud de «gran turismo» marcada por el máximo confort que, una vez llegado a su destino, da paso a un yate aún capaz de emocionar por las sensaciones que transmite en conducción deportiva.