El flamante Grand Soleil 65 LC es uno de los veleros más esperados del año. Anticipado no sólo porque lleva el nombre de un astillero profundamente importante, sino también porque esta embarcación es el resultado del trabajo de un equipo de inmenso talento, dirigido por un gigante de la vela: Franco Corazza.
El proyecto estaba claro: crear un maxi-yate capaz de ofrecer grandes volúmenes y excelentes prestaciones, una misión que Matteo Polli, Nauta Design y Marco Lostuzzi, como leerás en las siguientes líneas, completaron con éxito, logrando una auténtica obra maestra.
Grand Soleil 65 LC Prueba en el mar
No es un día prometedor el que nos recibe en Palma de Mallorca: llueve, el cielo está oscuro y sopla una brisa muy ligera, que nos hace sentir más en Milán que en Palma… Me resigno y me pongo el chubasquero mientras, uno a uno, van llegando también compañeros de otras revistas.
La cabina del Grand Soleil 65 LC es sencillamente enorme. Los casi seis metros de manga están a la vista, y además de alojar cómodamente a las 12 personas que hoy están a bordo, confieren a este velero un aspecto que consigue ser potente y elegante al mismo tiempo.
El barco está hoy en configuración de «crucero pesado». Además de la multitud de personas a bordo, hay que añadir un depósito de combustible lleno, el depósito de agua al 80%, la embarcación auxiliar de casco rígido, el motor fueraborda y una pesada cocina. En resumen, tenemos cuatro toneladas extra a bordo, así que probaremos el barco como navegará realmente durante sus cruceros de verano.
Soltamos amarras, bajo la lluvia, y salimos del puerto a motor. The El Grand Soleil 65 LC tiene una velocidad de crucero de más de 9 nudosque alcanza a 2.200 RPM, consumiendo sólo 14 litros de combustible por hora. Son cifras impresionantes para una embarcación de casi 22 metros, que, además de tener emisiones muy bajas, también permite una gran autonomía del motor.
Mientras sigue lloviendo, con sólo 5/6 nudos de viento verdadero, izamos la vela mayor, desplegamos el génova y apagamos el motor. El Grand Soleil 65 LC se inclina ligeramente y, a pesar de su peso y del viento muy débil, se pone en marcha. Se desliza sobre el agua con gran ligereza mientras, con bastante rapidez, construye su viento aparente y acelera sin detenerse nunca. Con el timón cerrado, navegamos constantemente por encima de la velocidad del viento verdadero, alcanzando unos 30 grados aparentes, ¡y alcanzando una velocidad máxima de 7,5 nudos con sólo 6 nudos de viento verdadero!
Un rendimiento inesperado para un velero de crucero. Miro a popa e intuyo la razón: la estela del Grand Soleil 65 LC es limpia, y la superficie mojada, en este ligero ángulo de escora, es realmente reducida. Este casco no produce resistencia; la resistencia aerodinámica se reduce realmente al mínimo.
Al alejarnos de Palma y llegar a una parte del mar iluminada por el sol, encontramos un par de nudos extra de viento verdadero, que el barco recoge inmediatamente y convierte en velocidad. La escora aumenta, y de nuevo con sólo 8/9 nudos de viento verdadero, el Grand Soleil 65 LC consigue sorprenderme, navegando constantemente por encima de los 9 nudos en ceñida, con picos cercanos a los 10.
Este velero se desliza sobre el agua con una facilidad impresionante, alcanzando velocidades de entre 9 y 10 nudos. La longitud de la línea de flotación aumenta, y la embarcación se apoya en una especie de curva del casco, que mejora la estabilidad al aumentar el momento de adrizamiento. En consecuencia, incluso a estas velocidades, se navega siempre con un ángulo de escora modesto y gran comodidad, la receta ideal para recorrer muchas millas con poco esfuerzo.
Al timón, lo sientes todo; los movimientos pequeños y medidos te permiten mantener el rumbo del Grand Soleil 65 LC sin perder velocidad. Gobernar este velero es un gran placer.
Viramos para regresar y, dada la velocidad, mandamos a tierra el gennaker, que, equipado con un enrollador, se maneja muy fácilmente. Una vez más, el barco acelera y en poco tiempo, a 90 grados respecto al viento aparente, volvemos a los 10 nudos.
Lo que sigue asombrando es la sencillez de manejo; la pala del timón es profunda e infunde una gran tranquilidad.
Intento exagerar deliberadamente las correcciones y, de forma instantánea y proporcional, la proa sigue la orden, ajustando el rumbo, sin tener en cuenta la presión ejercida por el gennaker y la vela mayor ligeramente demasiado tensa. Si estuviéramos en un coche, diría que la dirección es precisa y directa, como la de un gran turismo.
El viento verdadero aumenta un poco más, soplando a unos10/11 nudos. Aprieto a 60/70 grados con respecto al viento aparente, y el Grand Soleil 65 LC entra en una marcha superior, navegando constantemente por encima de los 11 nudos. Luego, gracias a una racha, rozamos los 12 nudos, mientras este maravilloso velero navega en un mar casi en calma, apenas salpicado por los primeros indicios de olas blancas del viento.
Qué barco, amigos, qué barco…
El interior del nuevo Grand Soleil 65 LC
Tras ceder el timón a regañadientes, desciendo bajo cubierta mientras mis colegas siguen buscando nuevos récords de velocidad. En la dinette reina el silencio, ni un crujido ni un gemido; la artesanía de este barco, que ya ha navegado varios miles de millas, es casi perfecta, signo innegable de la gran atención del astillero al proceso de producción.
La disposición del Grand Soleil 65 LC es ligeramente diferente de la versión Performance. El salón está elevado respecto a las cabinas, ofreciendo una vista de 270 grados hacia el exterior. La cocina está situada en medio del barco, una solución que, junto con la zona de estar, crea un único y amplio espacio abierto.