Hélices de superficie: hablamos de ellas con Luca Radice

Las hélices de superficie son un concepto establecido hace más de cuarenta años, que representa una evolución significativa en la navegación a motor. Esta innovación se atribuye al ingeniero italiano Buzzi, que en 1975 diseñó hélices de superficie regulable. En 1979, Howard Arneson, otro entusiasta de la velocidad, fue el pionero de las transmisiones de superficie Arneson.

Visitamos a Luca Radice , un experto en hélices, que nos ayudó a comprender mejor el funcionamiento de este accesorio crucial.

¿Cómo funcionan las hélices de superficie y cuáles son sus características?

La premisa es que las hélices de superficie pueden montarse en barcos con una determinada potencia; de lo contrario, no tiene sentido aplicarlas. Están diseñados específicamente para permitir que la embarcación alcance altas velocidades, pero son totalmente inútiles sin una potencia adecuada del motor.

El concepto en sí es bastante sencillo: para aumentar la velocidad, es necesario reducir la resistencia. La resistencia al avance de una embarcación se debe a dos factores: la resistencia de las olas y la resistencia al rozamiento. Las hélices de superficie funcionan medio sumergidas y medio fuera del agua, utilizando los efectos de la cavitación para aumentar la velocidad cuando la hélice no está sumergida, reduciendo así la fricción.

El perfil está diseñado para funcionar en condiciones distintas a las de las hélices tradicionales, que están constantemente sumergidas. En el caso de las hélices de superficie, la cavitación debe producirse necesariamente para aprovechar el aumento de presión en las palas. Durante su salida del agua, atrapan aire, lo que genera un mayor empuje y una rotación más rápida.

¿Qué material es más adecuado, el bronce o el acero?

Es un debate interesante; casi todas las hélices de acero se fabrican con AISI316 de alta resistencia, pero esto significa que no pueden sufrir más cambios una vez fundidas. La ventaja del bronce, como nuestra aleación Mibral que alcanza 75/80 kg/mm2 de resistencia, acercándose a los 90 kg/mm2 del acero 17-4ph, es que las hélices de bronce tienen una resistencia muy similar a las de acero. Permiten el mecanizado con máquinas de 5 ejes y, lo que es importante, tienen una elasticidad en el alargamiento que no tiene el acero. Por ejemplo, golpear un tronco en el mar con una hélice de acero puede provocar la pérdida de una pala debido a su fragilidad. Con el bronce, una hoja puede doblarse, pero el crucero puede continuar.

¿Cómo se diseñan las hélices de superficie?

El concepto básico es establecer el rendimiento; hoy en día, los programas calculan las hélices prácticamente sin errores, casi como una ciencia exacta.

El reto consiste en dimensionarlos, no sólo en diámetro, sino también en grosor para que soporten una tensión continua. Eliche Radice ha desarrollado un software interno exclusivo para hélices de superficie que comprueba la durabilidad en el laboratorio y determina el grosor óptimo para obtener el mejor rendimiento.

¿Rendimiento y diferencias entre una opción y otra?

Es difícil responder, porque una embarcación diseñada con hélices de superficie está pensada para este fin. La ventaja reside en no tener apéndices en el agua, lo que supone una menor resistencia durante el movimiento. Como ya se ha dicho, esto permite alcanzar altas velocidades reduciendo el consumo de combustible. Si el objetivo no es la velocidad, probablemente sea mejor optar por un sistema de propulsión tradicional.

Acerca de Eliche Radice

ELICHE RADICE es una empresa con más de cien años de historia y hoy presume de tener toda la cadena de producción dentro de sus propias instalaciones, lo que permite un control total de todo el proceso, desde la llegada del material a la fundición hasta la entrega. Las continuas inspecciones y verificaciones de la empresa garantizan que los productos sean de excelente calidad, lo que sin duda es uno de los factores clave que han permitido a la empresa convertirse en líder del mercado.