Ósmosis del barco: cómo reconocer este fenómeno, que puede dañar inevitablemente el casco de un barco, y actuar en consecuencia para restaurarlo.
La ósmosis es una terrible «enfermedad» que ataca la fibra de vidrio de la embarcación, pero que no cunda el pánico porque existen remedios y soluciones definitivas que permiten erradicar este mal «náutico» muy fácilmente. El mantenimiento es importante, y es importante observar los «síntomas» de la ósmosis, que ofrecen señales inequívocas ante las que debemos reaccionar con prontitud. En primer lugar, tratemos de entender en qué consiste este fenómeno de ósmosis, temido por todo buen navegante.
Todas las sustancias orgánicas absorben agua y este fenómeno se puede ralentizar, pero no eliminar. Puedes comprobarlo si tienes un horno microondas, un plato de la abuela, o mejor, un plato de la bisabuela y uno nuevo. Poniendo el primero y luego el segundo con un trozo de pan en el horno, verás que, en ambos casos, el pan estará caliente pero el plato nuevo estará casi frío mientras que el viejo estará siempre más caliente proporcionalmente a su antigüedad.
Esto se debe a que el horno microondas actúa sobre las partes acuosas. Y por su parte, un plato viejo, lavado y vuelto a lavar miles de veces, necesariamente ha retenido humedad y se calienta más que un plato nuevo debido a su «edad«; lo mismo le ocurre al casco de un barco, que absorbe agua con el tiempo. Pero volvamos al tema de la ósmosis.
El origen
El gel-coat, la resina de poliéster utilizada para proteger los cascos del agua y de los agentes atmosféricos y químicos y para proporcionar un acabado de alta calidad, actúa como una membrana semiestanca que activa el fenómeno de ósmosis: el término procede del griego ὠσμός, que significa «empuje, impulso».
En consecuencia, el agua atraviesa la capa de gel-coat muy lentamente y se deposita en los espacios intersticiales que se habían formado inevitablemente durante el procesamiento de la fibra de vidrio. Poco a poco, se forman algunas burbujas que aumentan su volumen porque siguen absorbiendo la humedad que se infiltra lentamente. Presión, en la cara interna del gel-coat y en contacto con fibra de vidriopuede alcanzar varias atmósferas y provocar la típica delaminación superficial con la formación de una capa irregular comúnmente denominada «piel de naranja» que provoca una auténtica explosión, así como la creación de cráteres cuyo diámetro puede oscilar entre unos pocos milímetros y algunos centímetros.
La mejor forma de diagnosticar la ósmosis marina es la observación directa: hay que raspar y retirar el gel-coat exactamente donde parecen haberse formado protuberancias o bolas. Si la «enfermedad» se encuentra en una fase avanzada, aparecerán inmediatamente caries visibles. En este caso, si metes el dedo en el pequeño cráter y te lo llevas a la nariz, encontrarás un típico olor a amoniaco; algunos papás primaverales lo comparan con el pis de un bebé que lleva mucho tiempo con el mismo pañal.
¿Has visto y olido? No desesperes. Hay mucho que trabajar pero, gracias a los preparativos modernos, el resultado es prácticamente seguro: ¡Se recuperará!
Ósmosis: una fina operación artesanal
La operación comenzará con la eliminación de las pinturas protectoras y el gel-coat de las ampollas mediante (si es posible) chorro de arena. A continuación, la superficie debe aclararse cuidadosamente y más veces con agua dulce y, si es posible, utilizando un chorro de alta presión para facilitar el proceso de limpieza.
En este punto, es importante que el casco se seque perfectamente, procurando exponer la embarcación en un lugar soleado y ventilado durante no menos de dos meses.
Cuando esté seguro de que el secado se ha completado, puede dar una capa de imprimación epoxi y enlucir los cráteres con un preparado bicomponente compatible con la imprimación, intentando rellenar perfectamente cada cavidad. Un lijado cuidadoso preparará la superficie para la aplicación de varias capas de imprimación epoxi bicomponente de alto espesor que garantizará una perfecta adherencia e impermeabilidad.
Sólo después de estos pasos, para concluir el ciclo y poner a su «criatura» convaleciente en el agua con total seguridad, se puede aplicar la pintura antiincrustante.
El mercado ofrece una docena de marcas de fábrica de pintura de alta calidad. Personalmente, sin embargo, suelo elegir aquellas que, junto con el producto, aportan un material informativo completo y, sobre todo, comprensible, porque creo que sólo quien es capaz de informar exhaustivamente a los demás tiene las ideas más claras sobre lo que produce. Si no, ¿cómo puedo transmitirte toda esta ciencia?