«¿Quién tiene derecho de paso?», parece preguntarse el anciano marinero. Es una pregunta interesante, pero quizá no sea el mejor momento para formularla. Por eso, aunque el tema del derecho de paso en el mar adquiere especial relevancia en agosto, cuando las aguas están abarrotadas de navegantes de recreo, parece apropiado abordar este tema ahora, para refrescar algunos conocimientos (y quizá un poco de sentido común).
En primer lugar, entendamos cómo determinar si estamos en rumbo de colisión con otra embarcación.
La regla es desarmantemente sencilla: Si la distancia entre dos embarcaciones disminuye y el rumbo permanece invariable, es sólo cuestión de tiempo: estás en rumbo de colisión. Llegados a este punto, ¿quién debe maniobrar para evitar la llamada «colisión en el mar»? Depende.
Entre un velero y una lancha motora, el primero siempre tiene preferencia de paso. Según la normativa, un velero tiene preferencia sobre cualquier embarcación de propulsión mecánica. Sin embargo, un velero debe ceder el paso en situaciones específicas: cuando la motora tiene una maniobrabilidad limitada, está limitada por su calado (por ejemplo, si no cede el paso podría encallar), está realizando operaciones de pesca o no está al mando. Esta regla sólo se aplica si el velero navega únicamente a vela. Si se utiliza el motor, entran en juego otras normas.
¿Significa esto que un velero de 7 metros que se cruza con un petrolero de 15.000 toneladas siempre tiene preferencia de paso? En teoría, sí. Pero aquí es donde debe prevalecer el sentido común: agarrar rápidamente el timón y las escotas para cambiar de rumbo. Los grandes buques, transbordadores y cargueros tienen mucha menos maniobrabilidad que un velero de recreo. Insistir en tu derecho de paso en esos casos no sólo sería insensato, sino extremadamente peligroso.
Consideremos ahora dos veleros que se cruzan. El derecho de paso siempre pertenece al barco amurado a estribor, lo que significa que el viento golpea su costado derecho. Si ambos barcos están en la misma amura, el barco a sotavento tiene el derecho de paso.
¿Y qué pasa con ¿embarcaciones a motor? Aquí también depende de la situación. En el caso de un cruce, la embarcación que ve acercarse a la otra por su costado de estribor debe maniobrar, normalmente girando a estribor y reduciendo la velocidad. Si las dos embarcaciones están en rumbos opuestos, ambas deben simplemente girar a estribor.
¿Y los adelantamientos? En estos casos, la embarcación que adelanta siempre debe ceder el paso. Pero, ¿cuándo se considera que un barco está adelantando? Según las normas, estás adelantando si te encuentras a menos de 135 grados por detrás del barco al que te aproximas, que es el rango que cubre la luz de popa.
Con estas reglas básicas refrescadas, recordemos que todo patrón tiene el deber de evitar colisiones en el mar (no confundir con «abordajes» piratas, sino con accidentes reales).
Mantén siempre una vigilancia competente en la cabina o en el puente, sigue rigurosamente las normas y actúa con prudencia y sentido común.
