Han pasado cinco años desde que empezamos a probar la embarcación auxiliar de quilla hinchable Selva 320 VIB. Ha sido un periodo muy largo en el que este incansable compañero de viaje ha sido sometido a las pruebas de resistencia más perversas y severas.
El tender nunca ha estado en garaje, ha pasado todos los inviernos en la cubierta de nuestro velero sin que nadie se preocupara demasiado de limpiarlo o plegarlo: por supuesto, lo hicimos a propósito, para someterlo a la máxima tensión y con el fin de simular durante estos años un desgaste doble o triple del que lo habría sometido un navegante normal.
Cinco años en los que la embarcación auxiliar Selva 320 VIB ha sido remolcada durante más de 5.000 millas náuticas, como hace dos años cuando la llevamos con nosotros en las «1.000 millas en el Tirreno», sometiéndola a un estrés realmente enorme.
Este año le hemos hecho unas 900 millas náuticas más entre Cerdeña y Córcega, casi siempre remolcado por el barco, para aprovechar al máximo el efecto de recarga sin impacto del fueraborda Epropulsion Spirit 1.0 Evo.
En resumen, una herramienta realmente indispensable, sobre todo para quienes, como nosotros, pasan la mayor parte del tiempo navegando y fondeados.
Prueba de la embarcación auxiliar de quilla hinchable Selva 320 VIB.
Como todos los años, lo sacamos de la cubierta; sigue todo lleno de sal porque, adrede, no lo habíamos enjuagado, lo que al parecer repercutió en su color, que, por supuesto, ya no es ese blanco brillante de hace unos años. También hay varias arrugas, resultado de haberla cerrado y doblado en 10 minutos como máximo sin prestar demasiada atención a la forma.
Se infla rápidamente, las arrugas desaparecen y, de nuevo, no hay daños por deterioro. Los tubulares se llenan uniformemente, así que me centro en las partes más delicadas, es decir, las válvulas, que son la zona donde es más probable que se produzcan fugas de aire, pero nada: está inflado, estable y listo para la batalla.
Por supuesto, necesita una limpieza, y tras una aplicación con un producto especial, la sal acumulada y diversas incrustaciones desaparecen y el tierno recupera su blancura natural. La blancura es absolutamente comparable a la del primer uso.
La factura de esta Selva 320 VIB es de gran calidad y, aparte de los evidentes y sintomáticos «signos del tiempo», no encuentro a primera vista ningún problema que afecte a su belleza, estanqueidad o fiabilidad.
Pero entro en detalle y compruebo los flaps (sí, este tender es el único que los tiene), repaso con los dedos todo el casco en forma de V, luego voy a los pasamanos, a los enganches de remolque y a las placas de soporte del motor, pero nada: es un gran caza, se me dibuja una sonrisa en la cara al pensar que este año también lo ha hecho muy bien.
Lo hemos izado a bordo muy poco este año, incluso en condiciones de mucho viento y mar gruesa siempre lo hemos dejado en el agua todo lo posible: ya está en su quinto año de pruebas pero su estado es realmente impecable.
Lo usamos mucho.
A veces para recoger a algunos huéspedes que vienen a visitarnos al barco, a veces para hacer pequeños o grandes recados.Siempre hay que bajar a tierra para aprovisionarse o recuperar algo, o simplemente para bajar a tierra por la noche y llegar a algún pequeño restaurante.
Básicamente está siempre en el agua: incluso cuando navegamos durante largos tramos lo mantenemos allí para que aguante las olas y el mar y estrese sus articulaciones. Además, el hecho de dejarla siempre en el agua además de cómoda también es muy útil porque tenemos un motor eléctrico Eproplusion Spirit 1.0 Evo que se recarga autónomamente mientras la arrastramos empujados por el viento. Es algo en lo que siempre me emociono pensando: máximo rendimiento, mínimo gasto y nunca me quedo tirado.
Entre noches fondeados, mares agitados, tiempo dedicado al trabajo pero también, y sobre todo, a disfrutar de la navegación, este año le hemos hecho otras 900 millas, pero no parece haberlas sentido en absoluto y, de hecho, me parece recoger una nota de tristeza en el momento en que vamos a guardarlo.
Es el último año de pruebas y tenemos que prepararlo para su regreso, un acto debido que, para rendir el justo homenaje a este producto de alta calidad, tendrá lugar dentro de unos días, durante el Salón Náutico de Génova, en el stand de Selva Marine.
La Selva 320 VIB en detalle
Los tubulares son grandes y robustos, sugiriendo claramente toda la calidad de Selva, a la que estamos acostumbrados. Sin embargo, la estructura es muy ligera, como corresponde a un ténder que debe alarse y lanzarse con frecuencia. Las dimensiones son más que suficientes para lo que necesitamos: 3,20 m de largo por 1,53 m de ancho, con una superficie de 1,41 metros cuadrados.
Perfecto para transportar a 4/6 personas sin problemas y con gran seguridad.
Pruebas publicadas anteriormente
Julio de 2019: SELVA 320 VIB Y SELVA GUPPY 2.5: UN DÚO REVOLUCIONARIO DE EMBARCACIÓN AUXILIAR. COMIENZA LA PRUEBA
Agosto 2021:
SELVA 320 VIB DESPUÉS DE 3 AÑOS DE PRUEBAS: DEMUESTRA SER INDESTRUCTIBLE