TECHNOHULL 38 GRAND SPORT: a 73 nudos es pura adrenalina con Mercury 500Rs

Prueba de mar TECHNOHULL 38 GRAND SPORT

TECHNOHULL 38 GRAND SPORT es una embarcación que sin duda no pasa desapercibida. Largo, estrecho y con un distintivo aspecto «negro total», te invita inmediatamente a empujar los aceleradores hacia delante. Una promesa que se confirma con las dos filas de asientos envolventes y la instrumentación de generosas dimensiones que está exactamente donde debe estar para utilizarla cuando aumenta la velocidad. En popa hay un par de Mercury 500R, que, representando lo más alto del mercado en cuanto a prestaciones puras, confirman aún más la naturaleza de este Maxi-Rib.

El sonido de estos fuerabordas de estrellas y rayas hace que los visitantes del salón náutico se giren cuando los encendemos; es una música que les obliga a seguirnos con la mirada mientras abandonamos el amarradero y luego las aguas del Arsenal. Hay muchas embarcaciones expuestas pero, huelga decirlo, ahora mismo la atención se centra en nosotros.

Acelero lentamente para cumplir los 20 km/h impuestos por el canal de San Nicolò para minimizar el movimiento de las olas, algo a lo que contribuimos muy poco ya que el TECHNOHULL 38 GRAND SPORT, a esta velocidad (unos 11 nudos) ya planea y abre una estela plana y limpia a popa, señal irrefutable de un casco excelente.

Fuera del Mose por fin podemos acelerar Puse los aceleradores en la posición de «una palanca» y empecé a aumentar la velocidad gradualmente. Por encima de los 20 nudos esta embarcación auxiliar se estira completamente y el casco empieza a mostrar toda su eficacia, la sensación es de muy poca resistencia, en la práctica estamos planeando sobre el agua.

Este casco es el resultado de amplios estudios, tiene ángulos de entrada muy agudos, una V muy profunda y, lo que es completamente nuevo, combina estas características con dos redanes y un deadrise cuyo ángulo se distribuye de forma variable por todo el casco. Una explicación teórica que, en resumen, se manifiesta en un casco capaz de ser simultáneamente muy marinero y rápido, dos conceptos que normalmente chocarían.

En la práctica, sin embargo, doy gas a fondo y me aplasta contra el asiento la aceleración demencial de los 1.000 caballos de potencia de que son capaces estas dos embarcaciones Mercury 500 Racing. A 5.000 rpm ya estamos a 50 nudos y la aceleración no disminuye; a 6.000 pasamos de 60 y luego alcanzamos los 70 nudos a 6.600 rpm, ¡todo en cuestión de segundos!

Al TECHNOHULL 38 GRAND SPORT simplemente no le importan las olas, las atraviesa con extrema facilidad y, cuando se le ocurre saltar fuera del agua, y a 70 nudos esto es bastante normal, volverá a tierra progresivamente, sin cerrarse de golpe.

Localizo una zona algo más resguardada y pruebo de nuevo la velocidad máxima, ajusto el trimado y esta vez el gps marca 84,4 millas por hora, o 73,3 nudos, aunque lo que más me sorprende, una vez más, es la sensación de estabilidad y seguridad que, circulando a 136 km/h sobre el agua, es capaz de transmitir este Maxi-Rib.

Velocidad aparte, ahora quiero ver cómo se comporta este casco si lo llevo al límite. Navegando a más de 60 nudos establezco un giro amplio que luego voy estrechando progresivamente, una situación extrema, en la que muchos cascos normalmente nos avisan para que reduzcamos la velocidad, mientras que en nuestro caso el TECHNOHULL 38 GRAND SPORT no se inmuta y sigue transmitiendo una gran estabilidad de rumbo. No contento reduzco la velocidad a unos treinta nudos, entonces gobierno todo a estribor, el ángulo de inclinación aumenta hasta el absurdo pero el barco siempre se mantiene ahí, estable y preciso.

Giro en sentido contrario hasta la izquierda y sigo obteniendo el mismo resultado, el ángulo de inclinación es tan pronunciado que el tubular interviene tocando repetidamente el agua. En esta paradójica situación de máxima inclinación, empujo los aceleradores hacia delante esperando que la semirrígida empiece a menearse pero, sorprendentemente, el único efecto que obtengo es un aumento de la velocidad y, en consecuencia, un aumento de la fuerza centrífuga. El TECHNOHULL 38 GRAND SPORT no pierde ni un milímetro de trayectoria, simplemente está pegado al agua.

El único problema es que ahora para nada quiero salir de este barco.

El TECHNOHULL 38 GRAND SPORT en detalle

Importadas (finalmente) en Italia por Campello Marine, cuyo nombre es en sí mismo una garantía, las embarcaciones construidas por TECHNOHULL se caracterizan por una excelente mano de obra y una gran atención al detalle. Un concepto al que este barco, que vinimos a probar durante el Salón Náutico de Venecia, no es ciertamente una excepción.

A pesar de ser un Maxi-Rib «de regata», el TECHNOHULL 38 GRAND SPORT consigue albergar cómodamente dos zonas para tomar el sol, una en proa y otra en popa, que además también da origen al cómodo sofá de popa. Debajo de la capota rígida, que proporciona un excelente cobijo contra el viento, hay dos filas de asientos envolventes que, incluso durante nuestra prueba extrema, demostraron ser capaces de transmitir una gran sensación de seguridad y un nivel de confort muy elevado.

Al levantar el sofá situado en la parte delantera del Hard-Top se descubre un pequeño camarote equipado con inodoro y lavabo que, con algunos sacrificios, puede alojar a dos personas para pasar la noche.

Conclusión

El TECHNOHULL 38 GRAND SPORT es un Maxi-Rib definitivamente bien construido, capaz de desarrollar unas prestaciones fuera de lo común. Capaz de alcanzar velocidades máximas estelares, consigue ser al mismo tiempo muy maniobrable y seguro.

Es la embarcación perfecta para los que quieren divertirse mucho pero, al mismo tiempo, hacerse notar navegando despacio por las aguas de los puertos más lujosos y glamurosos del Mediterráneo donde, seguro, tendrá un gran éxito.

¿Si fuera un coche? Sin duda sería un Huracán Spyder aunque, con sus 1.000 CV, el TECHNOHULL 38 GRAND SPORT es definitivamente más potente…

TECHNOHULL 38 GRAND SPORT: Datos de la prueba

Especificaciones técnicas